Los siete hombres estaban
alrededor de la joven inconsciente. La vieja a la que habían contratado había
cumplido y la droga no había tardado en hacer efecto.
El primero de ellos, el jefe de
los asesinos y criminales que se ocultaban en el bosque para eludir a la
justicia, habló.
-Dejadme a solas con ella.
Ninguno quería hacerlo, todos
querían ser el primero. Pero nadie osaba enfrentarse al jefe, era el líder por
algo. Bueno, en realidad era el líder porque había matado al anterior jefe.
El hombre cerró la puerta tras
él. La hermosa muchacha yacía como muerta. No era eso precisamente lo que le
gustaba, él prefería que gritasen y llorasen, pero teniendo en cuenta que
llevaba dos años conviviendo sólo con hombres, tampoco es que estuviese muy
exigente en aquel momento.
La desvistió, sabía que el cuerpo
desnudo sería una preciosidad. No le defraudó, la chica era considerada una
belleza con motivo, sus curvas eran perfectas. Se bajó los pantalones y la
montó.
No fue delicado, aunque tampoco
hubiese sabido cómo serlo. El cuerpo desmayado aguantaba los embates sin
moverse, el hombre no se sorprendió al notar la fina capa que demostraba que él
era el primero en llegar allí. La mujer era tan inocente que había aceptado
quedarse con los hombres pensando que la protegerían. En cierta forma había
tenido razón, si algún otro hubiese querido arrebatarles aquel dulce juguete,
lo habrían matado sin dudarlo.
Terminó, demasiado pronto para su
gusto, pero habían sido dos años muy largos, dos años desde que tocara un
cuerpo tibio y hermoso. La volvió a mirar, ciertamente ya no era tan hermosa,
no había podido evitar dejar algunas marcas en el ya no tan inocente
cuerpo.
Se subió los pantalones, ni
siquiera se había quitado los zapatos, así que no tardo mucho en abrir la
puerta. Su segundo estaba impaciente, todos lo estaban, aunque los que iban a
ser los últimos no tenían demasiadas esperanzas de tocar a la hermosa joven. Cuando
les llegase su turno ya no sería hermosa, quizás para entonces la droga
empezara a desaparecer y la mujer ya no les sirviera más. Todos sabían cómo
acabaría aquello. La chica no podía seguir viva, sería demasiado arriesgado
mantenerla allí. Podría escapar y avisar a las autoridades, sumando un crimen
de violación a los que ya tenían.
El segundo hombre entró, el
tercero después. Todos tuvieron su turno, y nadie se asombró de que la joven no
llegara a despertar.
No hubo entierro, no hubo
príncipe que la rescatara, no hubo final feliz, pero ciertamente hubo un final.
Una versión siniestra de Blancanives por lo que veo, por su longitud está bien aunque eso evite que haya giro o sorpresa y su conclusión sea la obvia.
ResponderEliminarNo pretendía un giro sorpresa. Esta vez, sólo quería dejar mal cuerpo :(
EliminarGracias por el comentario.
bufff.. los pelos de punta se me han puesto...
ResponderEliminarBueno a mi estas historias no me gustan y agradezco que no hayas sido muy explicita. No le puedo a la violencia
Besos y abrazos
Precisamente, lo que quería era poner los pelos de punta ;) gracias por leerla
EliminarBueno, estos relatos dramáticos son algo densos para mi gusto, sin embargo la narrativa, fue magnifica, gran uso de las palabras, explicito aunque sin detalles pero muy bien narrado desde mi perspectiva, besos
ResponderEliminarAunque no te guste la temática agradezco el comentario y el cumplido! :)
Eliminar